Imagínate que un día traigo a la sección libro + película Un mundo feliz de A. Huxley y El ataque de los clones. Me dirás, y con razón, que libro y película no tienen nada que ver. Pues en este caso pasa exactamente lo mismo. Siempre que alguien me pregunta por las diferencias entre libro y película, Blade Runner vs ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? le digo que son dos obras diferentes. Como «Un mundo feliz» y «El ataque de los clones».
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
Publicado en 1968, el libro de Philip K. Dick presenta un 1992 cubierto por el polvo radiactivo de una guerra nuclear, donde la mayoría de los humanos han emigrado a las colonias de Marte. Mientras, los que se han quedado por no poder costearse el éxodo continúan en la tierra, conviviendo con otros que no pueden ir por otra razón: Son los llamados «cabeza de chorlito», humanos que, a consecuencia de la radiación, han visto mermadas su capacidades intelectuales y que no pueden ni salir de la tierra ni tener hijos. Este último caso es el de John R. Isidore, quien se dedica a recoger androides y animales eléctricos y llevarlos a su casa, como ocurre con los tres replicantes que Deckard busca.
En esta sociedad el estatus tiene un papel muy importante. La práctica extinción de los animales hace que tener un ejemplar auténtico sea algo de gran prestigio, por lo que los dueños los alojan en las azoteas de las casas, para que todos puedan verlo (como ocurre hoy en día con aquellos que compran un coche para pasearlo delante de los morros de los que no podemos permitírnoslo). La revista Sydney muestra los precios más altos alcanzados por ejemplares según raza. Sí, has adivinado: como las revistas de coches esas en que se muestran vehículos de lujo que no veremos ni por la calle.
Existe una metarreligión llamada el Mercerismo, en el que sus adeptos padecen en masa el sufrimiento de Wilbur Mercer. Mercer, tras descender al «Mundo tumba» para acabar con el mal, tuvo que ascender una colina eternamente mientras le arrojaban piedras. Como habrás observado, los paralelismos con el descenso a los infiernos de Jesucristo y el castigo de Sísifo son claros. No te extraña viniendo de Dick, ¿verdad?
Rick Deckard es un cazador de recompensas en activo que, para poder pagar un animal auténtico, se ve obligado a trabajar mucho, pues su salario es bajo. Está casado con una mujer, Iran, que está enganchada a una caja llamada el «órgano de ánimos» que le induce sentimientos, y con la que discute a menudo (con la mujer, no con la caja).
Blade Runner
La cinta de 1982 muestra un futuro superpoblado en el que llueve permanente y nunca brilla el sol. Los coches voladores y los enormes carteles publicitarios enmarcan una sociedad muy asiática, tanto en estilo como en habitantes, donde se habla un idioma llamado interlingua, que podemos escuchar en varias ocasiones.
Rick Deckard es un Blade Runner, un cazador de replicantes, fuera de servicio. Al principio de la cinta es convocado de forma extraordinaria para retirar a unos pellejudos que han escapado.
La historia es una suerte de género negro muy propio del cyberpunk, de ritmo muy lento, en la que la investigación y las largas escenas sin diálogo se alternan con unas escenas «de acción» propias de la época.
Las diferencias
Partiendo de que no está mejor ni peor la novela que la película (aunque debo admitirte que a mí me gustó mucho más el libro) porque simplemente son distintas, las diferencias más importantes son varias:
Rick Deckard
A las claras: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? narra la vida de un hombre que vive un matrimonio insoportable y que, por cuestiones de su trabajo, tiene que sí, vale, retirar unos androides. Por contra, Blade Runner es la historia de un blade runner retirado, que se ve obligado a dar caza a unos replicantes que tratan de escapar para salvar la esencia misma de su vida. Vamos, una está protagonizada por Antonio Resines y la otra por Harrison Ford.
Iran
La mujer de Deckard, tan presente en el libro, desaparece por completo en la película. Si bien sí se comenta que está divorciado, no tiene mayor trascendencia. En cambio, el día a día de Rick con Iran es algo que podemos ver casi en primera persona, sufrir su permanente dependencia de la máquina de sentimientos, y el modo en que ella le achaca no tener un animal auténtico («jamás vacilas en gastar las bonificaciones que traigo a casa en cualquier cosa que atraiga momentáneamente tu atención. No ahorras para que podamos comprar una oveja de verdad, en lugar de esa falsa que tenemos arriba. Un mero animal eléctrico, cuando yo gano ahora lo que me ha costado años conseguir»)
J. R. Isidore / J. R. Sebastian
En el libro no puede salir de la tierra porque es un «cabeza de chorlito». Habla como un niño y se dedica únicamente a recoger chatarra. En el film, en cambio, es un ingeniero inteligente que no puede viajar a Marte por motivos tangenciales.
Luba Luft / Zhora
En el libro Luba Luft es una cantante de ópera, admirada por Deckard y destruida por un compañero de este. En cambio, En la película, Zhora es una bailarina exótica que intenta matarlo y que él mismo «retira». La reflexión del protagonista tras la muerte de Luba desaparece, y con ella una parte importante de la personalidad de Rick.
El aspecto del mundo
En la película, la tierra del 2019 es un Tokio hiperavanzado y superpoblado pasado por agua, mientras que en el libro se nos describe un erial agónico vacío y lleno de polvo. Este cambio, aparentemente estético, cambia por completo el tipo de angustia transmitida al lector/espectador. En ambos casos se consigue el efecto pero, a mi modo de ver, la angustia que el libro aporta es mucho peor.
Los animales
Toda la historia de Rick e Iran con la oveja eléctrica que tienen, las consultas a la revista de animales, la frustración patente por alcanzar algo que sabe que no va a satisfacer nada cuando lo consiga… Todo eso es muy importante en el libro, y desaparece por completo en la película.
