Escribo esto apenas una hora después de haber acabado de leer La sociedad de la libélula y aún tengo la mente dando vueltas. Pero de verdad, de eso que ves cómo las piezas van encajando en tus narices y te llamas a ti mismo estúpido por no haberlo visto antes. Y yo que a mitad de novela me las daba de listo… Vamos a empezar con el booktrailer para ir abriendo boca, y a continuación nos metemos con la reseña de La sociedad de la libélula.
Sinopsis
Isabel Nión es una joven escritora que va a las pruebas de acceso del monstruo editorial que es La sociedad de la libélula. Allí descubrirá que el editor, Melchor Malatar, dispone de una máquina que permite a los escritores vivir sus propias historias y las trascribe. Desde el primer momento Isabel sospechará de todo, y la desaparición del también escritor de la editorial, David J. Conesa, no contribuirá a que la situación mejore precisamente. A partir de ahí Isabel se verá con un pie en el mundo real y otro en Anisóptera, donde sus habitantes tienen sus propios problemas, que pueden resultar en un apocalipsis para su mundo.
Reseña de La sociedad de la libélula
Hasta aquí bien, ¿no? Un planteamiento original, pero sin muchos aspavientos… ¡JA! ¡Que te crees tú eso! Ana ha conseguido una mezcla de fantasía y ciencia-ficción que nunca antes había visto tan redonda. La mezcla de los dos mundos, tan diversos, y de un personaje a caballo entre ambos, une esa composición, en una historia que entrelaza de forma magistral y creciente las tramas hasta un clímax de esos que, en cuanto acabas la novela solo tienes ganas de ponerte de pie y aplaudir.
Organizada en muchos capítulos según el punto de vista de los distintos personajes, el libro se lee fácilmente, y va añadiendo carga y tensión como los operarios de una locomotora, cargando con palas de carbón la caldera y, a cada pala, más presión y más deprisa va el tren. En serio, el final es para que te descarrile la mente, nunca mejor dicho.
Wordlbuilding
El mundo de Anisóptera, que puede parecer fantasía en un inicio por su entorno natural, su castillo, razas y estructura monárquica, se mezcla con un muy bien documentado sistema de obtención de energía en un mundo sin sol, un robot que cuenta historias, la tecnología del mundo real que lleva a los escritores allí, el uranio… Sí, sí, uranio. Las alas de los arthros tienen un borde de uranio, y no veas cómo saben usarlo cuando las cosas se ponen feas.
Las descripciones son breves, pinceladas (a mí, concretamente, son las que me gustan). No ocurre eso de: aparece personaje X. Parrafazo con una descripción física de este. No. Puede darse a veces de hecho, que te enteras de rasgos de los personajes o razas a mitad de novela, pero estás pagando el precio de que el ritmo de la narración sea más rápido, cosa que yo siempre agradezco.
La propia Ana agradece la colaboración de Antonio Cotrina y Gabriella Campbell en el proceso de «pulido» del libro, y yo no sé si mucha o poca, pero el acabado es redondo. Quizá a algunos les pueda parecer que la primera mitad es escasa en tempo, pero el acelerón que coge la novela a partir de entonces hace que la espera merezca la pena.
Cabe destacar también que las imágenes de que disponemos son obra de Libertad Delgado, ilustradora y escritora de la que podéis ver unos y otros trabajos aquí. Contribuyen estas, pese a lo breve, a dar una idea del «aire» que tiene Anisóptera, unido a las descripciones, del frío, de por qué un paria tiene esa expresión… Pinceladas, ilustradas y escritas, que describen un mundo del que uno se queda con ganas de spin-of.
Personajes en La sociedad de la libélula
Pudiera parecer que la protagonista del libro es Isabel por ser con quien comienza la acción, pero nada más lejos. Los cuatro amigos de la imagen superior (en orden, Melchor Malatar, Nahum, Isabel y Taar) intercambian el papel protagonista en capítulos, para narrar una acción continuada que intercala perfectamente los tiempos. No hay una historia que te «pise» la siguiente porque sabes qué va a pasar. Las acciones transcurren según un plan de la autora que te va dando en dosis justo lo que necesitas en cada momento.
Los personajes secundarios (tanto antagonistas como aliados) que aparecen tienen un volumen propio. No se quedan en el «personaje plano de turno» que dice sus frases y sale de escena. Tienen vida propia, intereses propios, les pasan cosas mientras tú no estás mirando. Y eso es otro punto a favor que muestra la calidad de los detalles en una obra llena de ellos.
Historia
Como acabamos de decir, cada personaje tiene su historia. Y, con su historia, sus intereses. ¿Cómo entonces mezclamos todo esto? Pues poco a poco. Al principio, Isabel ciertamente tiene más protagonismo, para meterte en canción pero, una vez se abren las puertas de Anisóptera, la historia va saltando de uno a otro personaje y no echas en falta ninguno de ellos. ¿No te ha pasado nunca leyendo un libro que, justo cuando está en lo más interesante, cambia a otro personaje y piensas «no, este no, que es un coñazo»? A mí también. Pues eso aquí no pasa.
A veces porque sencillamente se cambia el narrador pero se continúa la misma historia, y luego ese narrador te lleva de la mano a sus cosas, y le entrega el testigo a otro, y así continúa la acción. Otras, porque sí hay salto a otra trama o subtrama, pero es igualmente interesante, y quieres seguir leyendo.
Estamos hablando de homicidios, amores imposibles, rebeliones contra el orden establecido y traiciones a tu especie. Nada desdeñable, ninguna de ellas. No es un «ay, que Pepito no me corresponde, voy a lavar mis cabellos al río», no. Los conflictos a los que se enfrentan los personajes, tanto los más poderosos como los más insignificantes, protagonistas y secundarios, parecen siempre muy por encima de sus posibilidades y es eso, ese reto constante, el que te anima a seguir leyendo páginas y páginas una tras otra.
Conclusión
Hacía años que no disfrutaba con un libro como con este. Creo que desde «El nombre del viento» (sí, no me mires así, también leo fantasía, recuerda que vengo del mundo del rol). Lo recomiendo tanto a los amantes de la fantasía como a lectores de ciencia-ficción, y pasa directamente a mi top de la estantería de la imaginación y el saber hacer.
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Hola, David,.
Pues yo lo tenía apuntado desde luego en esa cosa que nos encanta decir: «pila de pendientes», aunque eso es más para los ordenados; yo tengo el «revoleo» de libros pendientes.
Y en ese revoleo estaba el libro de Ana, pero después de leer tu reseña más ganas tengo de leerlo, así qie lo pondré en la cúspide del revoleo.
Un saludo!
Yo lo he leído en digital y ahora no veo el momento de tenerlo en mi estantería, con el lomito tan chulo… 😍